Algunos políticos en Latinoamérica, han venido utilizando el populacherismo punitivo como estrategia política que apela a las emociones y sentimientos de nuestros pueblos, es decir, que de forma descarada algunos políticos acuden a discursos demagógicos con la única intención de llegar al poder, para luego desde allí proyectar leyes que no obedecen a la realidad y que por ende tienen poca efectividad.
Por lo anterior quiero hacer una invitación bajo el sentido de responsabilidad social que debemos tener los abogados con el proceso de cualificación de nuestras incipientes democracias, las cuales han sido reducidas al simple ejercicio del voto, invisibilizando otros espacios de participación que existen, pero que son poco conocidos por nuestros pueblos.
Retomando el tema y con relación a la responsabilidad que nos asiste, es hora de iniciar acciones tendientes a quitar el velo que tienen nuestras sociedades con ciertas practicas políticas, las cuales solo nos han conducido por un túnel maltrecho a perpetuar un modelo de política criminal que no atiende a la realidad de nuestros países. En ese sentido los abogados debemos hacer la advertencia, indicando a los más cercanos, que hay quienes (políticos demagogos) pregonan en las épocas de campaña, que tienen el remedio, la solución, la formula mágica para acabar con determinado tipo de delito y, salen diciendo que con el incremento de las penas se podrá lograr una reducción ostensible del crimen, lo anterior viene acompañado de un ingrediente adicional y es el despliegue mediático, el cual va encaminado a secuestrar la subjetividad de los sujetos, tocar sus emociones y pintar un camino que no es precisamente objetivo respecto a la realidad, en resumen, se estaría frente a una absoluta mentira.
Ahora, el argumento de porque es una mentira, se puede simplificar bajo lo siguiente:
- Las normas no solucionan problemas por si solas. (No se reduce al ámbito penal)
- La justicia ha sido abandonada y trabaja con las uñas, por lo que una norma no va solucionar los problemas en el escenario penal, esto, debido a las carencias de recursos económicos, técnicos y humanos que actualmente tiene la justicia en muchos de nuestros países, lo que da lugar a la poca celeridad o nula actuación en los procesos de investigación que surgen de los procesos penales.
- Tenemos normas con penas altas y el delito persiste, lo que se traduce en que no son la solución.
- Los niveles de impunidad se mantienen altos.
De acuerdo a lo señalado, hay que exigir a la clase política que realicen intervenciones de fondo, intervenciones estructurales en la política criminal de los Estado y que no insistan con discursos baratos que no conducen a solucionar nada frente al fenómeno del delito, hay que abrirle los ojos a nuestros pueblos, lograr que cada persona analice, piense, pregunte y comprenda que el mundo es complejo, eso sería un avance significativo.
En conclusión y con relación a lo anterior es importante resaltar que aprehender a un ladrón y encerrarlo en una cárcel por 5 años o un homicida por 25 o 50 años, (si es que los capturan) no va solucionar el fenómeno del delito, además hay millones de personas que están condicionadas por sus contextos violentos, donde las oportunidades no son más que sueños y el Estado es un padre ausente que ha abandonado a sus hijos de forma cruel e inhumana, por ello, mientras no se intervengan estos contextos de fondo, con políticas sociales que trasciendan, no habrá una solución contundente.
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